GUÍA INSTRUCCIONAL Nº6 (Técnicas para la recolección de información primaria. Parte 2)

GUÍA INSTRUCCIONAL Nº6 (Técnicas para la recolección de información primaria. Parte 2)

La observación etnográfica. Esta observación sirve de instrumento principal a investigaciones que se refieren a la cultura del grupo estudiado. El observador trata de registrar todo lo que sucede en el contexto; por lo tanto es importante registrar:

• El escenario físico.

• Características de los participantes.

• Ubicación espacial de los participantes.

• Secuencia de los sucesos.

• Interacción y reacciones de los participantes.

• Otros aspectos que considere relevantes el observador.

La observación etnográfica se realiza sin hipótesis y sin categorías preestablecidas con el fin de evitar preconcepciones; sin embargo, se requiere que el observador tenga una buena formación teórica en sociología, antropología cultural o etnográfica para que pueda realizar la observación y luego el análisis de la transcripción por categorías en forma correcta. La observación etnográfica requiere de muchas horas de observación que conlleva costos elevados.

Las interpretaciones del observador pueden contener apreciaciones subjetivas que distorsionan la realidad; por lo tanto es necesario realizar un cruce de fuentes de información, métodos y teorías para hablar de conclusiones válidas.

La auto-observación. En esta técnica el observador y la persona observada es la misma persona. La validez de esta técnica depende de la capacidad de desdoblamiento que tenga el investigador para observarse a sí mismo, sin cambiar lo que es su manera “normal” de actuar.

Ventajas y desventajas de la observación

La principal ventaja de la observación es evitar la direccionalidad de la respuesta por parte de quienes, por una u otra razón, no dan una contestación exacta a una pregunta referente a un comportamiento o actitud.  Otra ventaja es que algunos datos no pueden obtenerse con la ayuda de otros métodos. También hay cosas en que, existiendo otros métodos para recabar la información, la observación puede resultar el medio más económico disponible. Como ejemplo de estas situaciones se pueden citar casos en los cuales se desea recolectar información acerca del comportamiento de los estudiantes en la biblioteca, tráfico de clientes en una tienda, flujo vehicular en una avenida, entre otros.

La entrevista. Si los objetivos de la investigación han conducido al investigador a que crea que la mejor fuente de la información primaria le va a proporcionar no ya la observación directa de ciertos acontecimientos sino los testimonios y reportes verbales que proporciona un conjunto de personas que han participado o presenciado dichos acontecimientos, entonces la técnica apropiada a utilizar será la entrevista.

La entrevista con fines de investigación puede ser entendida como la conversación que sostienen dos personas, celebrada por iniciativa del entrevistador con la finalidad específica de obtener alguna información importante para la indagación que realiza. La entrevista es, entonces, un acto de interacción personal, espontáneo o inducido, libre o forzado, entre dos personas (entrevistador y entrevistado) entre las cuales se efectúa un intercambio de comunicación cruzada a través de la cual el entrevistador transmite interés, motivación y confianza; el entrevistado devuelve a cambio información personal en forma de descripción, interpretación o evaluación.

Cómo formular las preguntas. Si se trata de una entrevista no estructurada, las preguntas serán planteadas dentro del contexto general de una conversación. En una entrevista estructurada, la formulación de las preguntas tendrá un carácter más metódico, pero en ambos casos las preguntas deben ser estandarizadas tanto como sea posible, para permitir la comparabilidad de la información recogida. Por otra parte, deben ser formuladas de modo tal que cada una tenga exactamente el mismo valor psicológico para todos los interlocutores.

Resumiendo, adaptando y completando las reglas de “manual para encuestadores” del Survey Research Center, pueden hacerse las siguientes recomendaciones en lo que se refiere al modo de formular las preguntas:

·    Usar el cuestionario de manera informal. El encuestador no tiene que dar la impresión de que la entrevista es un examen o interrogatorio. Por ello en sus palabras y en sus gestos debe impedir todo aquello que implique crítica, sorpresa, aprobación o desaprobación, tanto en las preguntas formuladas como ante las contestaciones del entrevistado.

·    Las preguntas deben ser formuladas exactamente como están redactadas en el cuestionario. Todas las personas deben ser interrogadas sin que se introduzcan cambios en la enumeración de las preguntas. Esto hay que hacerlo para evitar la influencia de las opiniones personales del encuestador y la posible variación de significaciones debida al cambio de palabras o giros (esta recomendación no es válida para la entrevista no estructurada).

·    Las preguntas se han de formular una sola vez, de lo contrario se corre el riesgo de desconcertar al entrevistado, que puede responder “mezclando” las respuestas.

·    Las preguntas deben ser formuladas en el mismo orden en que están presentadas en el formulario. En algunos casos, el orden de las preguntas tiene una influencia decisiva para evitar el “contagio” o “contaminación” que puede producirse entre ellas; por otra parte, cada pregunta está dentro de un marco de referencia que no conviene violentar.

·    Dar a la persona entrevistada el tiempo suficiente para pensar en sus respuestas. La entrevista debe celebrarse de modo tal que la persona entrevistada tenga tiempo suficiente pare pensar las respuestas; hay que ir realizando la entrevista al ritmo que permite el informante. También hay que dar tiempo para que matice las respuestas; éstas no siempre pueden ser tajantes y categóricas.

·    No dar por respondida una pregunta con respuestas que se derivan de otras. Si al responder una pregunta determinada el entrevistado da una respuesta que puede aplicarse más adelante a otras preguntas, el encuestador debe volver a formular la pregunta en su oportunidad, teniendo especial cuidado en no romper o disminuir la comunicación.

 

Tipos de entrevista. Existen dos (2) grandes tipos generales de entrevista: la estructurada, en la cual tanto las preguntas como las alternativas de respuesta permitidas al entrevistado son predeterminadas, y la entrevista no estructurada, en la cual ni las preguntas ni las respuestas del sujeto son predeterminadas antes de la entrevista.

Entrevista estandarizada o estructurada

En ella, las preguntas son presentadas exactamente con las mismas palabras y en el mismo orden a todos los entrevistados, con el fin de asegurar que todos están respondiendo a la misma cuestión. Si se emplean preguntas diferentes, las respuestas no van a ser comparables entre sí.

Las entrevistas estandarizadas se diferencian si usan preguntas abiertas o preguntas cerradas. Cuando se usan preguntas cerradas en una entrevista estandarizada, las preguntas y su orden son predeterminados, pero el entrevistador tiene libertad de repetirlas si el entrevistado, por ejemplo, no las entiende. El entrevistador registra las respuestas, pero generalmente no tiene libertad de hacer nuevas preguntas, a no ser para clarificar el sentido de las respuestas del entrevistado.

Entrevista no estandarizada

En ésta, ni las preguntas ni las respuestas del sujeto están predeterminadas, con el fin de permitir que las respuestas del entrevistado sean más espontáneas, más profundas y concretas, más personales y auto-reveladoras. El principal tipo de esta entrevista no estandarizada es la llamada entrevista no dirigida, en la cual la iniciativa está más en manos del entrevistado que del entrevistador, pues se trata, como en las entrevistas de psicoterapia, que el paciente exprese sus sentimientos, sin sugestiones dirigidas por el terapista.